domingo, 31 de enero de 2010

El otro cuento: La oficina que se tragó un Río

La Pequeña Gigante paseaba entre los edificios de Santiago, y los ciudadanos se amontonaban para mirar al cielo y verla pasar. En las oficinas del MOP otros hacían una movida de lujo real, mientras miraban para el techo pero por otras razones. 

Prioridad en el naufragio: Salvar el cofre 
Mientras con alto rating televisivo, la presidenta de Chile se daba el tiempo de tomar desayuno con una muñeca gigante, en las encementadas oficinas del Centro, los funcionarios de la Dirección General de Aguas (DGA) aprovechaban para  autorizar, “rapidito” las seis solicitudes de traslado de derechos de agua que necesitaba AES GENER para iniciar la construcción del mega Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo. Este es el salvoconducto final para un proyecto que destruye tres cuencas hidrográficas que forman parte esencial del delicado sistema hidrológico que provee de agua, potable y de riego, a la Región Metropolitana.

Asombrosamente, la propia DGA es uno de los servicios cuestionados en el informe que votó por unanimidad la Cámara de Diputados el 14 de enero. El documento pide a la contraloría revisar “la actuación de los servicios responsables de la evaluación ambiental del proyecto, especialmente la Corporación Nacional Forestal, la DGA, la Dirección de Obras Hidráulicas y el Servicio Nacional de Geología y Minería”.

El informe del poder legislativo alerta que “la operación de la Central Hidroeléctrica Alto Maipo podría afectar la seguridad y calidad del abastecimiento de agua potable y de riego de la Región Metropolitana”. En esas coincidencias de la política, el mismo día de la votación en la cámara de diputados, la jefa del Ejecutivo, Michelle Bachelet, declaró que “el agua es el tema del futuro. El agua en un mundo sometido al cambio climático va a ser un bien escaso”.

A diferencia de la gran muñeca, la cabeza y el cuerpo del poder ejecutivo no parecen estar sincronizados. Unos días antes, otra movida de funcionarios del ejecutivo había beneficiado a la misma AES GENER. La Ministra de Vivienda Patricia Poblete, (la misma que habla en los comerciales radiales sobre las maravillas naturales del Parque Zoológico Metropolitano), en conjunto con el Ministro del Interior Perez Yoma, firmaron la modificación de la ordenanza general de urbanismo y construcciones respecto del uso de suelo de actividades productivas. La modificación en un momento tan preciso, ha sido considerada como un traje a la medida de las necesidades de AES GENER, para burlar el dictamen de la Corte Suprema que había ordenado la detención de la construcción de la termoeléctrica Campiche, en Puchuncavi. 

En muchos países la situación sería considerada por lo menos sospechosa y digna de investigación. El poder legislativo y el poder judicial declararon e incluso juzgaron, en  dos situaciones graves relacionadas con la tramitación de proyectos pertenecientes a la misma empresa. En ambos casos, otro poder del estado, el ejecutivo, los burla, incluso modificando la reglamentación a posteriori, para que la empresa siga adelante con su negocio. 

En muchos países con un periodismo abierto, investigativo e interpretativo, estaríamos preocupados de esta verdadera crisis de la democracia, donde el poder de los negociados hace que el ejecutivo desconozca y pase por encima de los otros dos poderes del estado. Preguntándonos ¿Por qué tanto rigor con dos despistados muralistas daneses que pintaron el metro en Valparaíso y no con los procedimientos de aprobación de una obra empresarial que pone en riesgo la forma de vida de siete millones de personas.

Los medios de comunicación se estarían preguntando ¿Por qué tanta premura a último momento por destrabar los proyectos de AES GENER antes de irse? ¿Será que las comisiones de políticos y lobbystas de la Concertación se pagan sólo contra resultado, es decir sólo si el permiso es otorgado efectivamente? ¿Por qué los senadores ecologistas de la Concertación, habitualmente tan vociferantes han guardado tan riguroso silencio en los conflictos vinculados a AES GENER?
Pero acá, en el Chile de la OCDE no nos preguntamos tanto. Mejor relajémonos un poco, y a gozar que ya viene “¡Viña es un Festival! Chile tiene festival”.
Epílogo: responsabilidad presidencial
Casi diez mil ciudadanos pedimos a la presidenta Bachelet que suspendiera el mega Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo hasta que la ciudadanía de Santiago no contara con amplia información sobre el tema. Creyendo en la imagen de la presidenta protectora, le presentamos a la mandataria una solicitud para que declarara el Alto Maipo reserva estratégica de agua para la ciudad de Santiago. Las solicitudes de audiencia durmieron en el escritorio del jefe de gabinete Rodrigo Peñailillo, hasta que el papel se puso amarillo. Buscamos nuevas vías para llegar a la popular Michelle Bachelet que declara en los foros internacionales que “el medio ambiente es un imperativo ético”.

Se habló con los asesores de la presidenta, son sus ministros y ministras. Incluso pensamos que lo habíamos logrado, cuando llegamos al Palacio de La Moneda, antes de la primera vuelta, cuando probablemente valía la pena escucharnos para ver si caían unos votitos. Da vergüenza reconocerlo, pero después de la primera vuelta los oídos están mucho más sordos, y la apertura de de esos días se transformó en “ya le vamos a devolver la llamada”.

A la presidenta más popular de la historia de Chile, no le importó que la Cámara de Diputados hubiese votado unánimemente cuestionando a sus funcionarios sobre el procedimiento de aprobación orquestado por su Ministro del Interior. No le importó que 10.000 ciudadanos y el poder legislativo vieran graves riesgos en el abastecimiento de agua. No le importó que ocho de los diez factores agravantes del calentamiento global se dan en la zona del proyecto. 

A veces pienso que no le importó porque el impacto del Alto Maipo no es visible hoy, ni mediático, ni de alto ratting. Que mal ojo tuvo Michelle, porque el ecocidio que deja instalado aquí por la omisión de sus actos, es una crisis muy superior a la del Transantiago. Tendrá tanta visibilidad, y afectará tanto a las personas en su vida cotidiana que será difícil esconder la responsabilidad en alguna parte. Los lobistas y hombres de negocios sacaron su beneficio de última hora y seguirán haciendo negocios. Pero Bachelet es, aparentemente, una presidenta honesta y lo que se lleva es su popularidad y su prestigio. Lamentablemente los políticos creen que los escenarios y las popularidades se mantendrán por siempre, y no se dan cuenta que una cosa es con el cargo y otra sin. Son demasiados los presidentes que salen populares y a los pocos meses se transforman en parias por el nuevo contexto de lectura de sus actos y consecuencias. ¿Habrá conversado de esto la presidenta en su desayuno con la Pequeña Gigante? 

martes, 26 de enero de 2010

Acuerdos y no contubernios



Una gran mayoría de los chilenos no votó por el próximo presidente de Chile y casi la mitad de los chilenos mayores de dieciocho años rechaza o se excluye del sistema político actual. En la segunda vuelta el número de votos nulos y blancos, abstenciones y  no inscritos, suman más que cualquiera de los dos candidatos.
La mayoría de los chilenos y chilenas no está representada en el parlamento, en los medios de comunicación, ni en los partidos políticos. Los jóvenes, los pueblos originarios, los trabajadores, los maestros, los ecologistas, las tendencias regionalistas, los diversos movimientos ciudadanos y culturales, no tienen espacio en el mundo bipolar de la Concertación y de la Alianza, que inunda todo, desde el directorio de Televisión Nacional, hasta el Banco Central y el Consejo de Transparencia.
Un gobierno que quiere abrir las puertas del futuro y sentar las bases de un salto al desarrollo tiene que integrar a las  nuevas tendencias, a los excluidos y a la diversidad ciudadana. El presidente electo tenía razón cuando recordó la política de los acuerdos al encontrarse con el ex presidente Frei; pero el escenario actual requiere acuerdos más amplios, profundos y proyectivos, que hagan de la expresión de la diversidad el sustento de la estabilidad. Este tipo de acuerdos y diálogos nacionales han sido un factor determinante en los grandes saltos al desarrollo de países referentes, como Irlanda o Malasia.  

lunes, 18 de enero de 2010

Comunidad Nacional y no Unidad Nacional



En una jornada electoral impecable, los chilenos y chilenas decidimos quién será el presidente que nos guiará en el camino del Bicentenario.


En diciembre, luego de una campaña sorprendente, conectada y sintonizada con las emociones de la gente, Sebastián Piñera, logró una diferencia decisiva. La ventaja fue tan grande que a pesar de que la Concertación realizó una campaña de segunda vuelta que permitió recordar sus mejores tiempos, Piñera obtuvo la decisión final.


Es indudable que el Chile del Bicentenario tiene que construir nuevos acuerdos. Pero, cuidado, no como los de los noventa, que respondían a la dicotomía democracia o dictadura. Los acuerdos del Bicentenario deben expandir el universo de lo posible y no limitar la creatividad social con la amenaza. Deben ser el marco generoso para el desarrollo de instituciones y personas innovadoras capaces de enfrentar los desafíos de un mundo en constante cambio.


Para construir estos acuerdos, más que Unidad Nacional se requiere una Comunidad Nacional. La Unidad Nacional a menudo refleja un pensamiento único y autoritario donde la mayoría aplasta a las minorías por el bien de la Patria, Dios o alguna razón suprema. La Comunidad Nacional conversa en el respeto y pone en el centro de su preocupación a las personas y los ciudadanos, valora el debate porque le permite construir nuevos acuerdos y caminos comunes, valora la diversidad porque significa más opciones y soluciones.

jueves, 14 de enero de 2010

El día en que el agua fue más transparente


El 14 de enero fue un gran día para la causa del Alto Maipo y de la protección del agua de los siete millones de habitantes de la ciudad de Santiago y de la zona agrícola más rica de Chile. Desde hace meses y años, diferentes movimientos ciudadanos hemos venido realizando una persistente acción por detener el proyecto de AES GENER y llamar la atención sobre los graves riesgos para la vida de los habitantes de Santiago que representa el mega proyecto hidroeléctrico de Alto Maipo.

A pesar del cambio climático, de las irregularidades, de las contradicciones con las políticas y estrategias nacionales e internacionales, del enorme número de afectados, -quizás un record mundial en un proyecto de estas características-, el proyecto no aparece en los noticieros de la televisión, ni en los periódicos. Ni siquiera cuando la Cámara de Diputados mandató una comisión, a cargo del diputado RN, Roberto Sepúlveda, para investigar las irregularidades que rodearon el proyecto y las consecuencias de su implementación.

Pero en los últimos días, ha nacido una pequeña esperanza. El día 13 de enero, el jefe de la Dirección General de Aguas del MOP, Rodrigo Weisner, advirtió en una entrevista a El Mercurio que “una de las primeras acciones que deberá afrontar el nuevo gobierno será preocuparse de implementar medidas que aseguren el agua para el norte del país y evitar el riesgo de escasez para las zonas centro y sur”. Explicó que “si ello no ocurre, el conflicto del valle de Copiapó puede extenderse hasta la Región Metropolitana e incluso más al sur del territorio, agravado por los efectos del cambio climático.

El día 14 de enero, temprano por la mañana, en una entrevista en Radio Cooperativa, la Presidenta Michelle Bachelet declaró que “como hoy día es la energía, el agua es el tema del futuro”. Explicó que “el agua en un mundo sometido al cambio climático va a ser un bien escaso”.

Algunas horas más tarde, en Valparaíso, la Cámara de Diputados, por 50 votos favor, de todos los sectores, aprobó el informe de la Comisión Investigadora que indica que “la operación de la Central Hidroeléctrica Alto Maipo podría afectar la seguridad y calidad del abastecimiento de agua potable y de riego de la Región Metropolitana, impactando además la sedimentología de los recursos naturales de la zona”.

El informe termina solicitando que la Contraloría “revise la actuación de los servicios responsables de la evaluación ambiental del proyecto, especialmente la Corporación Nacional Forestal, la DGA, la Dirección de Obras Hidráulicas y el Servicio Nacional de Geología y Minería”.

Por la tarde, en La Moneda, representantes de la Coordinadora Ciudadana Ríos del Maipo y del Movimiento Yo Protejo el Agua de Santiago nos reunimos con la Ministra Pilar Armanet para manifestarle nuestra preocupación por los riesgos del PHAM y solicitarle que la Presidenta declare el Alto Maipo reserva estratégica de agua para la ciudad de Santiago. Una reunión respetuosa y directa, con apertura y escucha, con el compromiso de estudiar el tema con los Ministros involucrados. El 14 de enero, opacado por la campaña electoral, sin que casi nadie se diera cuenta, puede haber sido el día en que se dio un paso trascendental para salvar el agua de la ciudad de Santiago.

martes, 12 de enero de 2010

No votamos por ellos, votamos por nosotros


Los comandos de campaña siguen atrapados en la lógica del plebiscito del año 88. El argumento más reiterativo es el NO. No a Piñera y No a la Concertación.

El país de hoy es muy diferente al de entonces. La posibilidad de asumir los problemas con más libertad y riqueza de matices, desde distintas perspectivas, opuestas y complementarias, es quizás el mayor logro de estos 20 años de democracia y plantea nuevos desafíos para la política. Desde esta perspectiva se puede decir que el barco de la Concertación nos llevó a buen puerto.

Estamos iniciando una nueva etapa. Hay que seguir navegando, y al mismo tiempo remplazar las piezas deterioradas del barco, y ponerse de acuerdo, TODOS, en la nueva ruta, en el próximo puerto. Necesitamos conversación e integración de conocimientos, políticos, técnicos, empresariales, científicos y ciudadanos. Tenemos que potenciar las regiones, transformar la educación, integrar e incluir a todos y todas, enfatizar en un desarrollo sustentable centrado en el ser humano, vigorizar nuestra identidad.

El presidente que votemos tiene que ser capaz de escuchar y articular, de convocar a debatir a todos los chilenos sobre el país en qué queremos vivir, para construir juntos la carta de navegación de los nuevos tiempos.

El 17 de enero no votamos para sancionar o aprobar el pasado, el 17 de enero elegimos al presidente que guiará la comunidad nacional hacia el futuro.

martes, 5 de enero de 2010

Trabajar con coherencia


Actualmente, sobran conocimientos y recursos para resolver los grandes problemas y desafíos del Chile Bicentenario, pero tanto a los ciudadanos, como a nuestros líderes e instituciones, parece que les cuesta enfocarse, dedicarse con disciplina y esfuerzo y ser coherentes en sus conductas, emociones y declaraciones.
Pareciera que les pasa lo mismo que a las personas que quieren bajar de peso y buscan todo tipo de distorsionados caminos, cuando es claro que lo único que funciona es comer menos y hacer ejercicio. Sin embargo, consumen pastillas, maquinas, cremas y dietas milagrosas que crean la ilusión de que se están haciendo cargo del problema.
Sabemos lo que hay que hacer, pero requiere mucho esfuerzo y es aburrido. Esta incoherencia entre nuestro conocimiento racional, nuestras emociones y nuestras acciones es una de las características de los seres humanos occidentales de hoy.
En el Bicentenario, es necesario reconfigurar la comunidad nacional, con respeto y apertura, ponerse de acuerdo, definir qué queremos, cómo queremos convivir. No en reuniones de café donde escupimos la crítica rabiosa, sino en sesiones de trabajo, en cabildos y asambleas, con método y resoluciones. Luego la comunidad debe asumir los acuerdos y actuar coherentemente. Cada uno asumiendo su papel: mejores personas, mejores líderes y mejores instituciones para soñar y construir un mejor país, para los chilenos y chilenas de hoy y los que dentro de cien años, celebrarán el Tricentenario.

sábado, 2 de enero de 2010

La necesaria década de la comunicología


Esta primera década del milenio será recordada como la de la explosión de las tecnologías de la información. Redes de computadores en la banca, el comercio, el gobierno y los colegios posibilitan interacciones en línea con una masividad que pocos imaginaron se alcanzaría tan rápidamente. Los blogs y las imágenes enviadas desde los celulares rompen el bloqueo informativo de los regímenes autoritarios. Hoy, el correo electrónico o el otrora popular Messenger, parecen herramientas de la antigüedad, frente a las presentes y actuales redes sociales como facebook o twitter.

En este siglo, el latido de las tecnologías de la pantalla conectó las reacciones simultáneas de la humanidad entera, como cuando seguimos con asombro el ataque a las Torres Gemelas o la magia de las Olimpiadas de Beijing.

Pero paradojalmente, la verdadera comunicación, esa que sucede entre las personas, que crea y transforma, parece estancada y hasta en retroceso. Grandes pensadores de la humanidad advierten que estamos frente a una crisis de civilización y de desarrollo, cuyos signos más evidentes son el medio ambiente, la economía y la convivencia en las mega urbes. Para resolver esta crisis requerimos urgentemente que la segunda década del milenio sea la de la verdadera comunicación, esa de la creación de comunidades, de universos compartidos, de la conversación y el respeto, donde tomamos decisiones que nos unen porque nos sentimos parte de una misma comunidad nacional y humana.
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